viernes, 14 de enero de 2011

Gracias.

Gracias es una palabra poderosa que deberíamos usar más seguido, todos los días, a cada momento del día. Dar las gracias a la señora que nos prepara el café; al internet y los móviles, que aunque nos hemos acostumbrado a ellos, no pueden dejar de maravillarnos; a los compañeros de trabajo que se hicieron amigos y ahora que se han ido, siguen aquí. Gracias a las noche buenas que no se han secado por completo y al maestro Jerónimo por los muebles de madera que nos ha hecho y por estar siempre a tiempo; gracias a Polanco que es extraordinario a cualquier hora del día; gracias a los amigos que siempre están; gracias a los problemas que nos mantienen ocupados y nos hacen sentir bien cuando los solucionamos; gracias a los fracasos que nos enseñan; gracias a los clientes que nos han permitido vivir todas estas cosas juntos; pero hoy, especialmente, gracias a los chavos que en lugar de irse de fiesta, como es normal un jueves cualquiera, anoche estaban aquí, riéndose. Neta, gracias.

jueves, 6 de enero de 2011

Afilar el hacha.

Me gusta concebir nuestra profesión como un oficio. Me gusta pensar que trabajamos con la honestidad de un artesano, tratando de hacer nuestras cosas con calidad y cariño. Pienso que cualquier artesano cuida sus herramientas porque de ellas depende su trabajo, porque come gracias a su trabajo. En nuestro oficio, ¿cuál sería nuestra principal herramienta? Sin duda, el cerebro. El cerebro es el que nos da de comer. Por eso hay que ejercitarlo para tenerlo bien afilado. Tratar de estimularlo con todo lo que este a nuestro alcance. Creo que debería ser una obligación para la gente que se llena la boca con la palabra "creativo", estar al día, vivir con curiosidad; aprender, aprender, aprender. Tener la humildad de reconocer lo mucho que nos falta por descubrir.

Hace unos días le dije a Natalia, que sólo tiene siete años, que era una niña muy inteligente. No soy inteligente, me contestó, hay muchas cosas que no sé y que no entiendo. Para mí, precisamente al reconocer con humildad sus carencias, está expresando su inteligencia. Y este es uno de los retos que nos hemos impuesto para este año en .todo lo contrario: afilar el hacha.

No le den valor a lo que dijo Natalia, sólo tiene siete años. Piensen mejor en la frase de Sócrates: "yo sólo sé que no sé nada". O vean este maravilloso anuncio que nos habría encantado hacer a nosotros.